Más reflexiones
sobre el fútbol base.
Ocurre muchas veces en el fútbol base queremos ver a una gran
figura del fútbol en un niño de apenas 8 o 9 años. Y pretendemos formarle
rápidamente para que llegue a ser una “estrella” lo más pronto posible.
Personalmente creo que nunca hay que tener prisa por hacer artificialmente a un
jugador de fútbol.
Durante la etapa de formación futbolística, existe de forma
paralela, una formación personal que incide en gran medida en la
formación integral de los niños. Aunque a veces se carga de demasiada
responsabilidad a los entrenadores del fútbol base, como si fueran los únicos
responsables de la evolución personal y futbolística de los niños, es
verdad que en estas etapas iniciales, los entrenadores deben ser
fundamentalmente educadores.
Hoy en día, todavía sigue
existiendo una falta de preparación en muchos entrenadores de
fútbol base.
La educación es un proceso
larguísimo que requiere una enorme dosis de paciencia por parte de los
entrenadores, educadores y padres de familia, “quien no tenga esa paciencia
debe retirarse del mundo de los niños”. Actualmente estamos en una
sociedad en la que se piden resultados inmediatos, de hoy para mañana, vivimos
agobiados y llevamos la presión a la formación del niño.
El fútbol tiene una
finalidad como juego que es ganar y, aunque hasta aquí podemos estar todos de
acuerdo, el problema fundamental radica en que si ponemos “el ganar” como único
fin, estamos perdidos, porque la competición deportiva se convierte en un campo
difícil, al buscar derrotar al rival como sea.
Pero si lo consideramos
como un medio para seguir mejorando entonces, si se pierde, no pasa
absolutamente nada, porque esa derrota nos llevará a reconocer nuestros fallos
para así seguir mejorando.
El propio enfrentamiento de cada partido contiene grandes valores
formativos, se tiene la colaboración de unos compañeros para enfrentarse
deportivamente a unos rivales. Los compañeros, por su ayuda, y los rivales, por
su oposición, suponen niveles de desarrollo como ocurre en casi todas las
facetas de la vida.
El punto
fundamental y el más importe a mi entender en el fútbol de niños, es
inculcarles unos valores que deben marcar su vida: humildad, espíritu de
superación, esfuerzo, respeto,…
No olvidemos nunca cuando
trabajemos con niños que son personas y que cuando dejen el fútbol dejaran de
ser futbolistas pero no dejarán de ser seres humanos.
El principal objetivo de
cualquier escuela de fútbol debería ser, antes de “fabricar buenos futbolistas”,
formar y conseguir mejores personas.
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